Hace unos días el presidente, Pedro Sánchez, alertaba y con mucha razón del riesgo de los populismos. Del riesgo de pactar con los populismos. Él lo decía a raíz del asalto al Capitolio en Estados Unidos y de toda la era Trump que ya ha terminado. Seguía teniendo razón.

La pena en Europa, también en Estados Unidos, cuando hablan de los populistas ponen como ejemplo nuestro Gobierno. El Gobierno de España y efectivamente aquí se ve perfectamente que el populismo no solo es un riesgo para la democracia liberal, que ya es un riesgo difícil e imposible de asumir. Resulta que tampoco son precisamente los gobiernos populistas los mejores en gestión. Por desgracia, de nuevo, es el español.

En la lucha contra la pandemia estamos a la cabeza en número de muertos por millón de habitantes. También por desgracia a la cabeza en contagios. En la primera, en la segunda y en la tercera ola. Si nos fijamos en la economía somos líderes mundiales en crecimiento del desempleo entre los 37 países de la Unión Europea no hay otro que le vaya en la creación de empleo tan mal como a España. Si hablamos del paro juvenil, por desgracia, ese es un drama que no tiene comparación en el mundo entero.

Si es malo para la democracia liberal, si evidentemente en la gestión es un desastre, ¿por qué pacta con los populismos Pedro Sánchez, si además lo sabe?