Ha sido un día alcista en todas las plazas financieras de Europa. También suben esta tarde con alegría las de Estados Unidos. El índice Ibex 35 cierra en 8.625 puntos, con alza de un 1,67 por ciento. Destaca la subida de un 6 por ciento de Siemens Gamesa, hasta 17,79 euros por acción. Se mantiene por debajo de los 18,05 euros que ofrece su matriz, Siemens Energy, por el el 32,9 por ciento del capital que no controla.

El mercado, de momento, no espera que mejore esa oferta que supone una prima del 8 por ciento sobre el precio que tenía el viernes y que valora a la compañía en 12.300 millones de euros. El desembolso en efectivo superará los 4.000 millones de euros si todos los minoritarios acuden a la oferta. Los analistas aconsejan mayoritariamente acudir a la OPA. Han subido los bancos, que agradecen la proximidad de tipos de interés más altos.

En el ámbito macro, para variar, hay algunas buenas nuevas. El índice IFO que mide el clima empresarial en Alemania ha dado una alegría a los mercados. Ha subido más de lo que se esperaba. Ha mejorado desde la lectura de 91,8 puntos en abril a 93,0 en mayo. Es todo un alivio, al menos momentáneo, ya que apunta a que no hay síntomas de recesión en el corto o medio plazo en la locomotora de Europa. El Fondo Monetario Internacional pronostica una suave recuperación de la economía alemana, pese al incierto decorado internacional.

Paralelamente, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha asegurado que la economía del Viejo Continente está en condiciones de abandonar las tasas negativas al final del tercer trimestre. El precio del dinero está en cero desde hace muchos años, pero el tipo de la facilidad de depósito, al que se refiere Lagarde, se encuentra en el menos 0,5 por ciento. Es decir, el BCE cobra a las entidades financieras que dejan sus excedentes de liquidez “aparcados” en la arcas del Banco. Lo "normal" es que el BCE retribuya ese dinero. Los analistas dan por hecho que el banco emisor subirá sus tipos de interés de referencia en un cuartillo de punto en julio y otro cuartillo en septiembre. Lagarde ha reafirmado su férrea voluntad de llevar la inflación hasta el objetivo del 2 por ciento a medio plazo. La primera derivada es la subida del euro, lo que abarata la factura energética, que se paga en dólares en los mercados internacionales. Esta tarde el euro se cambia por 1,0670 dólares.

La Comisión Europea, de momento, va a prolongar por un año, -hasta finales de 2023-, los pactos de estabilidad y crecimiento, que son los que establecen un límite del 3 por ciento para el déficit público de cada país comunitario y del 60 por ciento del PIB para la deuda pública. Será en 2024 cuando volverán a aplicarse. La prudencia aconseja mantener el margen que tienen los estados para luchar contra la desaceleración económica que provocan la guerra en Ucrania y la subida de los precios de la energía y el aumento de la inflación. Así que Europa permitirá mayor flexibilidad fiscal a los países que lo necesiten. España es uno de ellos. España gana un año para realizar el severo ajuste fiscal que es tan necesario. Sin embargo, el ministro alemán de Economía continúa aconsejando a los países comunitarios, en clara referencia a sus vecinos del sur, que vuelvan cuanto antes a la senda de la disciplina fiscal.

Por su parte, China ultima un paquete de medidas para impulsar la actividad económica. Entre ellas devolución de impuestos y el apoyo al mercado inmobiliario. La semana pasada el banco central de China redujo ligeramente su tipo de interés de referencia para los préstamos a cinco años. Ha pasado del 4,6 al 4,45 por ciento en un intento de reavivar en el mercado inmobiliario y la actividad económica en general.

En los demás mercados, el petróleo da un pequeño paso atrás. Se paga esta tarde a 110 dólares por cada barril de crudo Brent del Mar del Norte. El viernes llegó a 112. Baja también el precio el gas natural. El Bitcoin continúa de capa caída. Cotiza a poco más de 30.000 dólares. Lleva ocho semanas consecutivas con pérdidas en su precio, algo que no se había visto hasta ahora. En ese periodo, dos meses, la cotización del Bitcoin ha caído un 40 por ciento.