La noche en Génova resultaba agridulce: a la alegría por la mayoría absoluta del PP en Galicia, se sumaba la confirmada decepción por el batacazo electoral obtenido en el País Vasco por la coalición entre populares y Cs. La lectura más sencilla que hacían algunos es que ayer ganó Feijoo y perdió Casado. Ganó una forma de entender la política, y perdió la apuesta del líder del PP por intentar aunar el centro-derecha con una fórmula que acabó de desgajar al partido en el País Vasco, lo que ha hecho optar a su electorado por otros partidos.

En la calle Génova se ponían desde hace días la venda antes de la herida y aseguraban que, en enero, con Alfonso Alonso al frente de la formación, las encuestas les daban cinco escaños. La lectura que hacía la dirección nacional era que habían conseguido parar la caída, y que lideran el constitucionalismo en la región, pero lo cierto es que el cambio de candidato no les ha favorecido, sobre todo porque de esos cinco asientos conseguidos en el parlamento de Vitoria, uno corresponde a Ciudadanos. Los populares confían, además en recuperar con el voto exterior el escaño por Vizcaya que perdieron en mitad de la noche electoral, pero sería también un diputado de Cs.

El experimento tampoco ha servido para aglutinar el voto del centro-derecha, ya que Vox ha conseguido un escaño en Álava, uno de los antiguos caladeros de votos popular. Por eso, la dirección del partido prefería ayer desviar el tema y hablar del “fracaso sin paliativos” de PSOE y Podemos. El modelo Casado-Feijoo se ha impuesto al de Sánchez e Iglesias, decía, por ejemplo, el secretario general popular, Teodoro García Egea, quien subrayaba que “aquí no acaba nada, aquí empieza todo”, empieza la reconstrucción del partido, una reconstrucción que va a liderar Carlos Iturgaiz. Lo que no hubo en el discurso del número dos del partido, es un ápice de autocrítica. La gran duda que se plantearán ahora las direcciones de PP y Ciudadanos será si repetir fórmula en Cataluña. De entrada, Pablo Casado es partidario de hacerlo, como paso previo también a intentar algo similar a nivel nacional-

En Galicia, Alberto Núñez Feijoo revalidaba por cuarta vez su mayoría absoluta, lo que le consolida como el barón con más influencia en el partido, y algunos les siguen viendo también como un hipotético líder a nivel nacional, a pesar de que él mismo afirmó en su discurso que no se había equivocado eligiendo Galicia. El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, destacaba a través de twitter “su experiencia, equilibrio y moderación”... Y el presidente castellanoleonés, Alfonso Fernández Mañueco, subrayaba que había ganado “la centralidad, la experiencia y la eficacia en la gestión”. Y es que, para muchos en el partido, Feijoo ha sabido tocar la tecla que Casado no consigue tocar desde su puesto de líder del partido.