Si no querías arroz, pues dos tazas, han debido pensar los colaboradores de Pedro Sánchez. Emprendidos los gestos de fuerza con las listas electorales, el líder del PSOE haapuntalado su humillación a Susana Díaz con la decisión de abrir oficialmente la campaña el 12 de abril en la localidad sevillana de Dos Hermanas. El lugar, una trinchera antisusanista, guarda una simbología especial para Sánchez pues allí, rodeado de unos 3.000 partidarios, despejó todas las dudas e inició la carrera de las primarias hacia la reconquista de Ferraz.

En esta ocasión, según adelantaba la agencia Servimedia, está por decidir si el mitin será en el velódromo, un escenario emblemático para todos los socialistas y talismán para José Luis Rodríguez Zapatero y por el que también llegó a pasar el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, cuando parecía capaz de asaltar los cielos, porque se trata de un laborable y los actos de apertura suelen hacerse de noche. De hecho, tal y como constató la Cadena COPE, en la cúpula federal hay partidarios de dar el pistoletazo de salida en el mismo marco, al aire libre, en el que se presentó en enero de 2017 como “candidato de la militancia”.

La elección entonces del bastión rebelde a Susana Díaz en su vuelta formal a la batalla por el control del PSOE revolvió a la federación andaluza con duras arremetidas contra Pedro Sánchez arrojándole a la cara todas las heridas abiertas del tumultuoso Comité Federal del 1-O. Dos años después de la presentación de su candidatura, y ya como presidente del Gobierno, Sánchez “golpea” de nuevo a Díaz removiendo el pasado de manera inevitable para lanzarse a la carrera a las urnas, dejando además en el tablero interno un mensaje entre líneas a la ex presidenta de la Junta: “Andalucía dejó de ser tu cortijo particular”.

Pedro Sánchez parece dispuesto a dejar claro a Susana Díaz quien lleva los galones tras ejercer el puño de hierro en el diseño de unas candidaturas a su medida, renovadas al 80 por ciento en las Cortes, sin atisbo de críticos, en un ajuste de cuentas con aquellos que le defenestraron. El ordeno y mando de Sánchez ya ha debilitado a Díaz, como un paso previo al ansiado objetivo de relevarla tras los procesos electorales. Esa voluntad de cobrarse su cabeza representa a ojos de cercanos a Sánchez la mejor garantía de que Susana Díaz pondrá a su federación a trabajar para convertir el 28-A en una reválida de las autonómicas.

Díaz está, pues, forzada a entregar el mejor de los resultados a un Sánchez que la da por amortizada y que, a la vista de su hoja de ruta, carece además de reparos en calibrar sus tragaderas. Las cosas se han hecho como ella ha querido que se hicieran hasta el pasado 2-D. Otro barón, en cambio, Ximo Puig parece haber tomado buena nota para hacer coincidir sus autonómicas valencianas con las generales y ya se ha beneficiado de su efecto “enterrando” a su hasta ahora socia de Compromís, Mónica Oltra. La puntilla puede darla el presidente de la Generalitat con el cierre de la campaña de las generales en Valencia junto a Pedro Sánchez.