«El amor cuida la vida» es el lema elegido por los obispos para la Jornada por la Vida de este 25 de marzo, fiesta de la Anunciación. En el cartel, la imagen de un niño con Síndrome de Down que juega y ríe con su padre. Contra al miedo que produce en cualquiera esperar a un hijo con discapacidad, el mensaje que lanza la Iglesia es que la vida es digna de celebrarse en toda circunstancia. Y esto vale también para ancianos y enfermos crónicos o en fase terminal, a los que se anima a ofrecer todas las posibilidades al alcance de la medicina para paliar su sufrimiento, a sabiendas de que eso no basta. Porque ante situaciones humanas objetivamente muy difíciles, dicen los obispos, la única respuesta convincente es un amor todavía más grande. Una afirmación llena de significado en una época en la que se extiende por las ciudades el virus de la soledad. Solo en España viven solas cerca de 5 millones de personas.

Para construir una sociedad de los cuidados no basta contar con medos técnicos y profesionales. Se requiere una nueva cultura en la que todos se sientan responsables de todos. Y ese precisamente es uno de los mensajes de la marcha hoy en Madrid de la Plataforma “Sí a la vida”. Lo que empezó como denuncia de las políticas abortistas, especialmente en la etapa de Rodríguez Zapatero, se ha transformado en una campaña para generar conciencia de que toda vida merece la pena.