En solo diez años la tasa de nacimientos en España se ha desplomado en un 30%. Son cifras equiparables a las de un país que ha sufrido algún tipo de guerra o hecatombe, y que deberían obligar a las administraciones públicas a tomar cartas en el asunto. La Federación Española de Familias Numerosas pide al próximo gobierno una serie de medidas concretas que ayuden a revertir una situación que, a largo plazo, hace inviable el sistema de pensiones y, en general, el modelo social en España. Para ello demanda, entre otras cosas, una prestación universal por hijo de 100 euros al mes, similar a la que existe ya en varios países de Europa.

En un contexto en el que las parejas jóvenes afrontan a menudo situaciones de precariedad laboral y dificultad de acceso a la vivienda, las Familias Numerosas consideran que hacen falta también medidas fiscales que alivien la carga económica que supone tener hijos en España. No se trata de privilegios, sino de medidas paliativas frente a las múltiples formas de discriminación que sufren hoy las familias, afectadas en mucha mayor proporción que el resto de la población por la pobreza y la exclusión social, como acaba de poner de manifiesto el Informe Foessa. Se trata de un asunto que debería quedar por encima de la disputa partidista, porque está en juego nada menos que la sostenibilidad de la sociedad española.