Salt Bae está acostumbrado a ser el centro de atención. Así vuelve a ser así en esta ocasión, pues el dueño de la cadena de los restaurantes de carne más lujosos del mundo, el chef turco Nusret Gökçe, ha publicado en sus redes sociales un recibo de una cena en su restaurante que ha hecho que muchos se hayan indignado. El hombre que se hizo famoso el día en el que un influencer subió un gesto suyo, que venía haciendo cotidianamente en sus restaurantes desde hacía años, está en el centro de la polémica.

Nacido en Turquía, Salt Bae, cuyo video lo convirtió en meme en 2017, nació en una familia humilde y pasó una infancia de necesidad. A los 14 años se hizo aprendiz de cocinero. Pero, en su mente, siempre quiso formar un imperio gastronómico. Sabía que tenía que ser el mejor en la línea que escogió: el manejo de las carnes y las parrillas. Por eso fue a aprender con los mejores, en Argentina. En 2010 abrió su primer restaurante en el país que le vio nacer y, según fue ganando adeptos, encontró a un millonario que impulsó su cocina.

Ahora tiene 17 en todo el mundo, aunque el de más de lujo es el de los Emiratos Árabes Unidos, donde se produjo esa cuenta que se ha viralizado. Tiene filetes bañados en oro, pero su ritual con la sal sigue siendo el gran atractivo. Ahora son muchos famosos y millonarios que frecuentan sus mesas, admiten que sus precios son altos, como queda demostrado en la imagen que compartió con 14 comensales que salieron a unos 12.000 euros cada uno.

La cuenta

El recibo se emitió en Nusr-Et Steakhouse, en la isla Al Maryah de Abu Dhabi. En la parte inferior del billete leemos 615.065 dirhams, que al tipo de cambio actual (1 dirham vale 0,26 euros) corresponden a 161.358 euros. Entre los productos que figuran en la cuenta encontramos algunos como una botella de vino Petrus 2009 Luis XIII (a precio de 26.000 euros), otra de Château Margaux (4.070 euros) o un filete Golden Istanbul (1.100 euros). "La calidad nuca es cara", comenta el cocinero en la publicación que acompaña esta cuantiosa cuenta.

Entre carnes, guarniciones y postres, el precio había llegado a los 8.200 euros más o menos. La cuenta se disparó porque los comensales evidentemente querían darse el capricho de elegir vinos carísimos para acompañar sus carnes. Del ticket llaman la atención algunos de los precios. Por ejemplo, una cerveza de la marca Heineken vale 20 euros; cuatro raciones de patatas fritas salen nada más y nada menos que a 47 euros y la botella de agua sin gas a 11 euros.

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La indignación era patente. "Esto es patético, esa cantidad de dinero ayudará a que todo un pueblo muera. Esto es horrible", decía un comentario. Una última opinaba: "¡Esto es una locura! ¡Extravagancia y luciéndolo! Debería haberlo pensado dos veces antes de publicar esto. ¿Por qué tan ridículamente caro es todo? ¡Esto es inasequible para el 99.99999999% de la población! Muy insensible por tu parte publicar esto".