Existe preocupación entre los funcionarios de prisiones por el incremento de agresiones a estos trabajadores. Según un informe de Marea Azul, plataforma que reúne a funcionarios de prisiones, entre enero y agosto se han incrementado un 19% si se compara con el mismo período del año anterior.

Esto supone un incremento del 136% si tenemos en cuenta los últimos cuatro años. Se han pasado de las 200 agresiones a las 468. La población reclusa en Cataluña es de aproximadamente 7.600 personas.

¿De qué tipo de agresiones se tratan?

No estamos hablando de agresiones cualquiera, sino de agresiones con objetos punzantes, mordeduras en el cuello… De hecho, se dio la circunstancia, hace un par de años, que un interno arrancó de un mordisco la punta del dedo a un funcionario.

Se trata de Josep Maria, que trabaja en Brians 2. Él y otros cuatro compañeros sufrieron una agresión en mayo del año pasado. El protagonista fue John Musetescu Werber, que cumplía condena en prisión, por la muerte de tres personas, entre ellas el periodista David Caminada.

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Fue a primera hora de la mañana. Este preso explicó a los funcionarios que tenía el interfono roto, y es una herramienta fundamentalmente para que los funcionarios se comuniquen con los reclusos. Por tanto, se apresuraron a intentar arreglarlo.

Vieron que tenía algo escondido, que no era otra cosa que la reja metálica del conducto de ventilación que utilizó como punzón. Cinco funcionarios fueron agredidos, como explica Josep Maria.

(ESCUCHA AQUÍ LA ENTREVISTA A JOSEP MARIA)

¿Cuál es el ránking de prisiones?

Brians 1 y Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires, lideran la clasificación, con 118 y 90 hechos violentos consumados. Por otro lado, están Wad-Rad, que solo ha tenido una agresión.

Hay que tener en cuenta que en Brians hay mucha población reclusa. Brians 1 tiene capacidad para unos 800 reclusos, y Brians 2, para unos dos mil.

En las cárceles de Quatre Camins (la Roca del Vallès) y Lledoners (Sant Joan de Vilatorrada) se han desarrollado ya dos pruebas piloto de uso de cámaras portátiles unipersonales por parte de los funcionarios de prisiones, una de las medidas acordadas con los sindicatos y la Consejería de Justicia para garantizar la seguridad en el interior de los centros penitenciarios.

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¿Qué es lo que está pasando?

Hay más población reclusa, pero la plantilla es muy justa, por no decir deficitaria. Así pues, los funcionarios de prisiones piden que se contrate más personal y que se les dote de la formación y de las herramientas necesarias.

Esto pasa por qué, principalmente, se les considere agentes de autoridad y que, por ello, puedan utilizar pistolas Taser o geles y aerosoles de defensa, como utilizan en otros centros penitenciarios en Europa.

Asimismo, que las agresiones a los funcionarios no salgan gratis, desde el punto de vista penal. Por ello, se llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia para que se pudiera denunciar en el juzgado de guardia cualquier agresión a un funcionario. Sin embargo, aún no se ha aplicado.