Un momento dulce vive la Diócesis de Vitoria desde la llegada al Santuario de Estíbaliz, de las Hermanas Peregrinas.

Un pequeño "milagro", ha celebrado en COPE Euskadi el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, que demuestra que la Iglesia no está acabada, como algunos pueden percibir, y que sirve de "acicate" a las nuevas generaciones.

Las 15 religiosas de varias nacionalidades, también española, son jóvenes y están volcadas en transmitir su entusiasmo a través de distintas iniciativas de contacto con la comunidad, la última ha sido la apertura de un bar que llevan ellas mismas.

Abren el corazón

"Nos traen esperanza porque viven la fe con una alegría que llama la atención, llevan el bar y la gente queda encantada porque abren el corazon y hacen unas confidencias tremendas, lo llevan ellas para eso, no para ahorrar", ha aplaudido Elizalde.

El obispo ha considerado su llegada "un signo esperanzador porque a veces percibimos en estas latitudes que la Iglesia está muy acabada que no tiene nada que decir a los jóvenes".

A esta reflexión su respuesta es un "no" tajante: "depende como se viva, del estilo de vida cristiano, estas monjas denuncian nuestra mediocridad, nuestras rutinas y nuestros prejuicios ideológicos. Se han consagrado al Señor porque les ha llamado en plena juventud y eso tiene un acicate muy grande en nuestros jóvenes".

Las guerras hacen dudar

Las Hermanas Peregrinas en breve cumplirán un año en el santuario que acoge a la patrona de todos los alaveses y que sigue viviendo con intensidad su jubileo concedido por el papa Francisco hasta el próximo 6 de mayo. COPE ha pasado un día con ellas.

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Sobre el sentido de estos días, sobre cómo celebrar la pasión, muerte y resurreción de Jesús, Elizalde ha respondido con una palabra: esperanza. La esperanza que permite creer en la victoria del "amor" por encima del "pecado, el odio y las guerras" que asolan pueblos como el ucraniano o el gazatí y que, a veces, ha admitido el obispo, hacen dudar.

También hemos hablado con Elzialde sobre la salud del papa Francismo, como puedes escuchar en el audio a pie de foto.