23 años hace que el cocinero de la Comandancia de Marina de San Sebastián, Ramón Díaz, fue asesinado por ETA en San Sebastián. Díaz murió el 26 de enero, a las ocho de la mañana, en el barrio de Loiola, al explotar una bomba-lapa adosada a su vehículo cuando lo puso en marcha. La explosión también causó heridas de carácter leve a cuatro personas que se encontraban en el lugar y considerables daños materiales en inmuebles y vehículos cercanos. El asesinato causó una honda conmoción en el barrio de Loiola y en toda la ciudad.

Cada año, en el mismo lugar y a la misma hora en que fue asesinado, familiares, vecinos y amigos de Ramón Díaz realizan un homenaje en su recuerdo. Sus allegados colocan una gran fotografía suya, en la que se le ve cocinando. Cada año depositan también ramos de flores y velas, y después, guardan un minuto de silencio en su memoria que finalizan con un largo y cálido aplauso.

El acto ha sido organizado por el Club Deportivo Loiolatarra y ha contado con la presencia de su viuda, Pilar Gorostegi, y de sus dos hijos, Aintzane y Arkaitz, que han estado arropados por miembros del club al que pertenecía su padre y por representantes de todos los grupos municipales del ayuntamiento de San Sebastián, encabezados por el alcalde, Eneko Goia.

El presidente de la sociedad gastronómica, César Casajús, ha recordado a Ramón Díaz como una "persona extraordinaria, un socio muy implicado en el club, un gran cocinero y, sobre todo, con gran corazón". Casajús ha transmitido también el agradecimiento por su presencia a todos los que les han acompañado este viernes.

Esta sociedad, de la que Ramón Díaz fue presidente y responsable de la Comisión de Pelota, conmemora este año su centenario y el Ayuntamiento de San Sebastián ha entregado a sus responsables, una vez finalizado el acto, la bandera de la ciudad que ondeó en la Plaza de la Constitución el pasado 20 de enero durante la conmemoración del Día de San Sebastián.