Monseñor Alfonso Carrasco Rouco, obispo de Lugo y presidente de la Comisión Episcopal de Educación y Cultura, ha pasado por 'El Espejo' de la Cadena COPE para repasar la situación que atraviesa la educación en nuestro país.

Monseñor Carrasco ha recordado que el primer protagonismo en la educación “lo tenemos las personas: los padres y los hijos. Esto, como todos los Derechos Fundamentales del Hombre, es anterior a las estructuras del Estado de las que nos dotamos para ayudarnos a realizar las tareas de la vida”.

“Hay una prioridad de las personas y de las familias, a cuyo servicio está el Estado. Desde este punto de vista, para nosotros es evidente que la primera preocupación educativa la tienen los padres. Al final educar es mirar con cariño, cuidar, desear la madurez de aquel que es tu hijo”, ha explicado el obispo de Lugo.

El presidente de la Comisión Episcopal de Educación y Cultura también ha mostrado su preocupación porque la nueva Ley de Educación, la LOMLOE, no tenga en cuenta el concepto de demanda social en el caso de la educación concertada. “La iniciativa social es lo primero. El Estado es una estructura, una ayuda, una serie de recursos grandes que nos ponemos todos a disposición, los preparamos juntos, los pagamos con nuestros impuestos, pero sirven a la sociedad”, ha afirmado.

“En algo tan íntimo y delicado como la educación de tu propio hijo, en una estructura tan evidentemente democrática como es la que le da la prioridad a la sociedad, se entiende mal que no se valore la demanda social e, incluso, la iniciativa social”, ha asegurado monseñor Alfonso Carrasco.

El obispo de Lugo ha explicado que las grandes preguntas sobre la vida deberían tener un espacio relevante en la escuela. “Imagina que tú tienes un hijo y quieres que crezca, que madure, que sepa usar su razón, que entienda el mundo... y por eso lo educas. Si es una persona que tú quieres, no vas a pensar solo 'pues yo quiero formar un buen profesional para que trabaje en una empresa'. Tú quieres formar una persona que sea un ser querido para ti, y la quieres formar integralmente, en todas las dimensiones fundamentales. Tiene que entender la sociedad, la propia historia, el propio horizonte de vida... tiene que poder reflexionar sobre ello”.

“Esto es un signo mismo de la naturaleza de nuestras escuelas y de la grandeza de lo que ha sido la enseñanza en Occidente. Nosotros siempre hemos pensado que hemos de aprender a usar los recursos que Dios nos dio, fundamentalmente la razón, y comprender la realidad. Nosotros debemos de usar la razón para estudiar la física y la química, pero también para entender la realidad personal, para comprender la realidad de la vida, pero también para entender lo que creemos. Mantener todos estos aspectos que integran a la persona y dignifican su razón, hace grande a la escuela, mientras que convertirla en un ámbito de formación de profesionales para intereses de terceros la debilita, y no es su propia naturaleza”, afirma monseñor Carrasco.

Para concluir, el presidente de la Comisión Episcopal de Educación y Cultura ha querido lanzar un mensaje a las familias ante la situación que se avecina en el ámbito educativo. “Que estén ciertos de que representan una posición profundamente verdadera en lo que es la comprensión y la organización de la educación en España. Que estén seguros de que es un bien muy grande su presencia y su voz, y que la levanten en los foros y en los lugares correspondientes. Al final, son tus seres queridos, pero también por el bien de todos. Es muy importante que sigamos defendiendo esta perspectiva de la educación en la cual el niño o el joven es el protagonista y el horizonte de su existencia, integral, en todos los aspectos, es lo decisivo”.