¿No es un ángel de la guarda el que mantiene un perfecto equilibrio en nuestra vida? El que cuando el tiempo nos trata mal, aporta una medida exacta de felicidad para contrarrestar el daño, para que no perdamos la esperanza. El que batalla contra las tinieblas cotidianas. El que te trajo un amor tardío e imprevisible. El que puso en tus brazos un hijo tras la espera. El que te hizo sonreír de repente cuando recordaste aquellas tardes que pasabas con tu padre, al que tanto echas de menos.