Es 29 de noviembre en la playa de Camposoto, en San Fernando y el cielo está nublado. En la orilla tan sólo hay unos pocos vecinos de la zona caminando y, a unos pocos metros, en el mar, hay algunos buques de trabajo, pero está a punto de aparecer una embarcación que no suele frecuentar el puerto.

Desde la orilla, varios testigos presencian de cerca la frialdad con la que los pilotos de una embarcación semirrígida que viene de Marruecos tiran al mar a varias personas migrantes. Están a pocos metros de la orilla pero las corrientes son fuertes y ellos no saben nadar. Algunos intentan mantenerse a flote luchando contra la corriente y otros, víctimas del miedo, se agarran a los cabos de la embarcación que les acaba de tirar por la borda. El resultado: cinco personas muertas ahogadas en el mar y cuatro ingresadas en el hospital con hipotermia grave.

La Policía Nacional investiga los ocurrido y, para localizar la embarcación, se pone en marcha un dispositivo con drones y helicópteros. Poco tiempo después, la Guardia Civil consigue localizar una embarcación encallada en una playa próxima y varios documentos clave.

Esos papeles les permiten conocer el itinerario realizado desde Marruecos, las circunstancias de la travesía, la identidad de los traficantes y el importe pagado por los migrantes: Un viaje a la muerte que oscila entre los 3.000 y los 12.000 euros. La noche del 8 de marzo, con las pistas recabadas y la identidad de los presuntos responsables, se lleva a cabo el registro de tres domicilios y los agentes consiguen detener a 3 personas.

El último gran gesto de un guardia civil

Luis Mayandía, comisario Jefe de la UCRIF, la Unidad Central de Inmigración Ilegal y Falsedad Documental, ha querido contar un detalle al director de La Linterna, Ángel Expósito, sobre esta operación que se ha saldado con tres detenidos. “Te voy contar un detalle que no se sabe pero que me lo dijeron los guardias civiles que participaron en la investigación”, comenzaba.

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“¿Sabes quién encontró los papeles y elementos muy importantes que serán puestos encima de la mesa en el juicio? Uno de los guardias civiles asesinados después en Barbate”, sorprendía el comisario a Expósito. Y es que las propias embarcaciones del tráfico de drogas se emplean, en los días de menos faena, en personas, según asegura el comisario de la Policía.

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Cuánto llegan a pagar los migrantes

Y es que, según el comisario, muchas veces los propios agentes llegan a pensar que, “para estos salvajes”, es más rentable el tráfico de personas que el de drogas. “El precio que se está pagando es de 12.000 euros”, explica. No obstante, recuerda un caso concreto que señala que podría ser mucho más. “Hace un par de meses tuvimos conocimiento por el rescate de un ciudadano marroquí que había pagado 22.000 euros a un pesquero que, a cuatro millas del estrecho, le dio un salvavidas de niños y le hizo saltar a punta de cuchillo”.

Pero, sorprendentemente, el comisario explica en La Linterna que todo ese dinero no tiene por qué significar que los traficantes tengan alojamientos de lujo: “Una forma de vivir completamente nauseabunda, en unas condiciones horrorosas”. “Te preguntas para qué quieren todo el dinero que roban para vivir en esas condiciones deplorables”, añade el comisario. Respecto a dónde viven, Mayadía señala que “en todas partes, allí donde pueda haber negocia, usan la misma estructura de la droga”.