El impuesto sobre el patrimonio está en boca de todos después de que Andalucía anunciase el pasado lunes la supresión del mismo. Se ha convertido así en la segunda región con menor presión fiscal después de Madrid. Este tributo grava la posesión de bienes si tienes más de 700.000 euros sin contar con la vivienda, si su valore es menor de 300.000.

Fernando Trías de Bes, experto en economía de bolsillo, ha declarado a Pilar Cisneros en ‘La Tarde’ que “es un impuesto completamente confiscatorio” y que de hecho ya “está desapareciendo de muchos países”. En otros estados ha recibido el nombre de “impuesto sobre la riqueza o de solidaridad”. El economista aclara que “es un impuesto a lo que te queda cuando ya han pagado todo” porque “se aplica individualmente, no sobre sus ingresos, ni sobre lo que transaccionan”.

El impuesto afecta a las propiedades que mantienen los ciudadanos, por eso, “absolutamente penaliza el ahorro”, comenta Trías de Bes. Pero además “hay estudios que demuestran que produce fuga de capitales”. La persona que tenga ahorros decidirá llevarlos a otros lugares porque cuando “países con altas cargas”, el ciudadano “se va a otro lado”.

El profesor apunta que este tributo genera en España “mil millones de euros”. En Andalucía, la protagonista estos días, se estaba recaudando “70 u 80 millones de euros“. En todo caso, aunque no haya que pagarlo sí que hay que declararlo, porque “la Administración Pública quiere saber qué es lo que tenemos”, declara el economista.

El nuevo giro político de Andalucía ha abierto el debate de recentralizar los impuestos, pero Trías de Bes cree que “con la situación actual de cesión de competencias es imposible”. La única opción viable con la actual distribución de competencia es, a ojos del académico, “cargarse las autonomías”. Pero entiende que estas diferencias provoca que “entramos en una competencia interna que no va a ninguna parte”. La mejor salida sería la de “intentar armonizar para evitar que las empresas se localicen o desvíen beneficios a un sitio concreta”. Para evitar el famoso ‘dumping’ fiscal.

Otro de los impuestos que se ha suprimido en Andalucía es el impuesto de sucesiones, que para Trías de Bes es un tributo “sangrante”. Añade que “si se aplicara a la larga, todo se lo quedaría el Estado” al cabo de varias generaciones.

El profesor cree que la mejor forma de establecer impuestos es que sean “proporcionales y seguros”. Y apunta a dos factores que influyen en la riqueza de una nación: “estabilidad fiscal y en la educación”. Apunta que son temas que deberían tocarse muy poco porque “genera mucha inseguridad jurídica”.