Los niños y las consolas. Todos sabemos el amor que pueden llegar a tener los pequeños por los videojuegos. Son un elemento imprescindible en su rutina diaria. Tal es el cariño que les tienen que ahora incluso prefieren quedarse castigado sin salir a la calle, antes de que le quiten la consola durante un periodo de tiempo. Pero con la siguiente historia parece todavía queda un aire de esperanza en estos pequeños. Y es que un niño mexicano estuvo a punto de entregar su consola a un grupo de delincuentes que buscaban extorsionarlo tras asegurarle que tenían secuestrada a su madre.

El pequeño de 10 años se encontraba en su casa, descansando cuando de repente llegó una llamada de teléfono a su casa. Al descolgar el teléfono se encontró con la voz de un hombre que le exigía entregarle objetos de valor de su hogar a cambio de liberar a su madre. El chico se asustó, como es lógico, y decidió tomar lo que para el tenía más valor, su consola. Cogió la consola, la desenchufó y con todos los cables la metió en una bolsa y se puso en marcha hacia la estación de metro donde los secuestradores le habían citado.

Dentro del metro, de camino al punto de encuentro, el niño se acercó a dos policías, les explicó su situación y les pidió ayuda. Los agentes lo retuvieron y entraron en contacto con su madre, quien aseguró estar en su lugar de trabajo y en perfectas condiciones.

Minutos más tarde apareció el padre de la víctima en esa misma estación y vio a su hijo custodiado por agentes. Tras entrarse de lo sucedido, les confesó a las autoridades que había recibido una llamada sospechosa de un desconocido, que le pedía 50.000 pesos, unos 2.500 euros, por entregarle a su pequeño en la misma estación donde había sido citado el pequeño. Finalmente, la madre se acercó al lugar y pudieron reunirse todos, dándose un respiro ya que todo había quedado en un chantaje.

Un chantaje que ha demostrado que el amor de los niños a las consolas tiene un límite, y cuando se trata de tu familia lo darías todo, por mucho cariño que le tengas.