El obispo de Palencia agradece el trabajo del personal sanitario después de recibir el alta hospitalaria

Mons. Manuel Herrero Fernández ha querido saludar a sus fieles después de 11 días ingresado en el hospital por coronavirus

Redacción Religión

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El obispo de Palencia, el agustino Manuel Herrero Fernández, ha querido dejar un mensaje para sus fieles después de los 11 días ingresado en el Hospital Rio Carrión de la capital palentina por coronavirus. Ayer, 30 de marzo, recibió el alta y está siguiendo su convalecencia en su domicilio en la Casa Sacerdotal "Nuestra Señora de Lebanza".

En primer lugar (y en segundo, tercero...) ha querido dar un "gracias" a todo el mundo. "Gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo y Padre nuestro, por su amor, por la vida, por su compañía y cercanía, por su Palabra y por su Iglesia. Gracias a todos vosotros, miembros de esta Iglesia en Palencia: a los dos obispos- D. Nicolás y D. Javier-, a todos los sacerdotes y al diácono por vuestras llamadas, cercanía y oración. Gracias al Vicario General y de pastoral que estos días han estado atentos sirviendo a los hermanos. A los miembros de Vida Consagrada y a todos los laicas y laicos por vuestra fraternidad y solidaridad, expresadas en llamadas, en la oración y en el silencio."

Y para acabar, pero quizás el gracias más importante ha sido para el "personal sanitario del Hospital, médicos, enfermeras, personal auxiliar… a todos. Yo estoy muy contento del trato recibido, y no por ser el obispo, que muchos no lo sabían, sino como un paciente más".

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Su estado de ánimo durante su paso por el hospital

Después de haber agradecido a todo el mundo, Mons. Manuel Herrero Fernández, ha querido profundizar sobre su estado de ánimo durante estos días en el Hospital Rio Carrión. Un tiempo difícil donde, dice el obispo, y "palpando la limitación, la fragilidad, la precariedad, incluso con temor y algo de miedo a la muerte - estando allí murió un hermano agustino, el P. Agustín Bécares -, que había estado en la misma planta que yo. Pero a la vez con confianza en Dios, sabiéndome en sus manos; sintiendo que su misericordia y fidelidad sostienen nuestras personas y obras, y que nuestras soledades son siempre acompañadas. Por cierto, qué bien me hacía rezar los salmos de Laudes o Vísperas, poniéndome en la piel del salmista y del mismo Señor Jesús, y participar en la Eucaristía por TV unido a toda la Iglesia".

Se ve con fuerzas para seguir sirviendo a sus hermanos

Preguntado sobre las lecciones que saca de cara al futuro, el obispo afirma que ha salido "con fuerzas para seguir sirviendo a los hermanos, para seguir haciendo camino con vosotros y cantando melodías de vida y esperanza, en esta tierra nuestra. Cada vez más convencido de que son en el Señor y en su Espíritu en quienes están nuestras vidas y empresas; que esta obra es la suya y nosotros somos colaboradores. También he aprendido a valorar más el servicio, cuántas veces pequeño, callado y no reconocido, que cada uno presta a la sociedad, a los enfermos y a los sanos".

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