Congelado y olvidado en las calles de Burgos: el duro final de Ángel Mata tras media vida sin hogar

En 'ECCLESIA al día' hemos hablado con Enrique Ybáñez, párroco de la iglesia de San Lorenzo en Burgos para conocer la labor de su comedor y la historia de uno de sus asiduos

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Ángel Mata hizo de la calle San Lorenzo de Burgos su hogar. Este sintecho ha vivido más de 25 años a la intemperie a pesar de las inclemencias del tiempo y la parroquia de San Lorenzo se convirtió en un lugar de referencia en su vida durante los últimos años. Cada domingo, Ángel desayunaba en esta parroquia junto al resto de feligreses.

La madrugada del pasado ocho de enero fue, según nos cuenta Enrique, "la noche más fría que se había vivido hasta entonces del invierno burgalés". Ángel falleció a causa de las bajas temperaturas pero su historia ha quedado en la memoria de muchos feligreses que compartieron con él un rato de charla y una taza de café.

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Ángel acudía cada domingo a desayunar al comedor de la parroquia

Para conocer un poco más sobre la historia de Ángel, en 'ECCLESIA al día' hemos tenido oportunidad de hablar con Enrique Ybáñez, párroco de San Lorenzo. Nos ha contado que el comedor de su parroquia, a la que Ángel acudía cada domingo lleva en funcionamiento desde hace apenas seis meses y que para ponerlo en marcha se inspiraron precisamente en él, en la historia de este vecino de Burgos que ha vivido media vida en la calle. La idea era acoger a esas personas que no están dentro de ningún programa de ayuda y que no tuvieran un lugar en el que descansar el día del Señor.



"No se hizo todo lo que se podía hacer"

Enrique nos cuenta que para abrirlo contaron con mucha ayuda de los hosteleros de la calle. “Son ellos los que traen los alimentos de la calle e incluso los platos, vasos y cubiertos que utilizamos”.

Aunque al principio el protagonista de nuestra historia no estaba muy convencido de querer acudir a estos desayunos, poco a poco se fue animando y este comedor se convirtió en un lugar en el que encontrarlo todos los domingos. Añade Enrique que,“a pesar de que estuvo en varias casas de acogida, su último año de vida lo pasó en la calle”. Su compañero y amigo más querido fue Tom, un chucho que le acompañaba allá donde iba y que durante sus últimos meses tuvo que regalar a una vecina de Burgos para que lo cuidase por él.

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"Este final nos recuerda que todavía hay mucha tarea por hacer"

Ángel fue muy querido por los feligreses que lo conocían y tal y como indica Enrique se convirtió "en referencia para intentar que una historia así no vuelva a ocurrir nunca más". En palabras de Enrique “no se hizo todo lo que se podía hacer” y por eso quieren seguir colaborando y ayudando a estas personas que tanto lo necesitan.

Nos cuenta también que Cáritas es el modelo de referencia del que aprenden y gracias al comedor, "uno puede conocer más en profundidad a las personas que acuden a él". El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, presidió esta celebración tan emotiva, la despedida a Ángel Mata. Tal y como ha expuesto Enrique, “este triste final nos recuerda que todavía hay mucha tarea por hacer por delante”.

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