Vicente Rebollo, obispo de Tarazona: “El reto es transmitir el Evangelio con el lenguaje que se necesita”

El pasado 17 de septiembre Vicente Rebollo, hasta entonces vicario episcopal para asuntos económicos de la Archidiócesis de Burgos, fue nombrado obispo de Tarazona

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'ECCLESIA' en TRECE ha contado en su programa con la presencia de Vicente Rebollo, que estrenaba su nueva etapa como obispo de Tarazona viajando a Roma con la delegación de la Fundación VIII Centenario de la Catedral de Burgos, diócesis en la que ejercía de responsable del apartado económico. “El Santo Padre me permitió poder darle las gracias en primera persona. Él me dijo que esté siempre con la gente, un encargo bonito y precioso” asegura Rebollo sobre su conversación con el Papa Francisco.

Sobre su nueva responsabilidad como titular de la sede de Tarazona, Rebollo explica que “hay sentimientos distintos, porque da mucho respeto, pero a la vez mucha confianza”. Además, se ha encontrado una diócesis con “buenos sacerdotes, y creo que vamos a ser buenos compañeros y buenos evangelizadores, que es de lo que se trata”. Vicente Rebollo se mostró confiado, ya que asegura que llega a Tarazona “con la ilusión de quien va enviado por el Señor, porque no es algo que haya pedido, es Él quien me ha elegido. Confío mucho en el Espíritu Santo y en su fuerza para transmitir la Buena Nueva”.

Ante la pregunta de los retos que se le plantean en la diócesis, cree que lo más necesario es “transmitir el Evangelio con las circunstancias de hoy y con el lenguaje que se necesita para que sea buena noticia para los que lo escuchen”, sobre todo en el marco de este proceso sinodal que vive la Iglesia Católica.

Y es que el obispo de Tarazona considera importante “saber continuarla y que sea algo que responda al espíritu que tenemos todos de querer caminar de esa manera”. Rebollo ha querido hablar sobre la evangelización, cuyo reto es “llevar al hombre de hoy, que está tan preocupado en tantas cosas, el mensaje del Evangelio”.

Rebollo también se ha referido a los refugiados ucranianos que llegaron hace meses al seminario de su diócesis: “Siguen allí, y la diócesis les ha dado de lo mejor que tiene: el Seminario. Es una alegría cuando vas allí y ves a los niños”. También ha hablado de la guerra que sigue viviendo Ucrania, y ha pedido que “ojalá la sociedad acabe en paz y estos ucranianos puedan regresar a su tierra, aunque mientras siguen aquí intentamos que se encuentren a gusto, porque son un regalo para la diócesis”

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