El Papa, a los representantes de obras caritativas en el Congo: «Hay que amar y buscar al Señor en los pobres»

Francisco insta a los cristianos de «clase acomodada» a compartir sus bienes con quienes carecen de lo necesario porque, recuerda, «la fe sin obras está muerta»

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«Hay que amar y buscar al Señor en los pobres y, como cristianos, tenemos que estar atentos si nos alejamos de ellos, porque hay algo que no está bien cuando un creyente mantiene a distancia a los predilectos de Cristo». Lo ha dicho el Papa Francisco en la tarde de este miércoles, 1 de febrero, en un discurso dirigido a representantes de las obras caritativas en la República Democrática del Congo (RDC). El acto en este su segundo día de visita al país ha tenido lugar en la nunciatura apostólica en Kinshasa. Previamente, el Santo Padre ha escuchado los testimonios de personas como Tekadio, un enfermo de lepra que le ha contado que se siente discriminado y humillado al ver cómo la gente se apura a limpiar por donde pasa, y otras personas vinculadas con las obras sociales y asistenciales de la Iglesia, entre ellas una religiosa llamada María Celeste.

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Francisco ha llamado a practicar la caridad con los más necesitados, algo que forma parte del ADN del cristiano. «Lo que causa la pobreza no es tanto la ausencia de bienes o de oportunidades, sino su distribución no equitativa», ha dicho. «El que pertenece a una clase acomodada, en particular si es cristiano, está llamado a compartir lo que posee con quien está privado de lo necesario, más aún si pertenece al mismo pueblo. No se trata de una cuestión de bondad, sino de justicia. No es filantropía, es fe. Porque como dice la Escritura, “la fe sin obras está muerta” (St 2,26)».

Toques de atención

En su intervención, el Papa se ha felicitado por los recientes acuerdos alcanzados en el campo social y caritativo entre la Conferencia Episcopal y el gobierno congoleño, pero ha dicho que ello no implica «que se pueda delegar sistemáticamente» la atención sanitaria, educativa y el cuidado de los más frágiles. Estas, ha dicho el Pontífice, «son tareas prioritarias de quien gobierna».

Paralelamente, ha dado también un toque de atención a aquellos cristianos que buscan «privilegios, prestigio, visibilidad o poder» a través del ejercicio de la caridad. «No, los medios, los recursos y los buenos resultados son para los pobres, y quien se ocupa de ellos siempre está llamado a recordar que el poder es servicio (…)», ha señalado.

Tres criterios para ejercer la caridad

El Santo Padre ha afirmado igualmente que «la caridad sintoniza con Dios» y ha ofrecido tres criterios para practicarla correctamente: se requiere «ejemplaridad», «amplitud de miras» y trabajo en red. La caridad, ha explicado respecto del primer requisito, «no es solo una cosa que se hace, sino que es expresión de aquello que se es». «Se trata —ha insistido— de un estilo de vida, de vivir el Evangelio. Por tanto, se necesita credibilidad y transparencia».

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Es necesaria asimismo «amplitud de miras» para que las iniciativas y obras que se emprendan no sean meramente «asistencialistas», sino que respondan a un objetivo a largo plazo, para que perduren en el tiempo. «Más que distribuir bienes, lo cual será siempre necesario, es mejor transmitir conocimientos y herramientas que hagan el desarrollo autónomo y sostenible», ha indicado. Por último, ha subrayado la importancia de trabajar juntos, en comunión, de estar conectados y crear sinergias. «Trabajar en red, cada uno con su propio carisma, pero juntos, relacionados, compartiendo los asuntos urgentes, las prioridades, las necesidades, sin cerrazones ni autorreferencialidad, prontos para apoyar a otras comunidades cristianas y a otras religiones, así como a muchos organismos humanitarios presentes. Todo por el bien de los pobres».

Francisco ha dicho que las nunciaturas apostólicas, «las “casas del Papa” diseminadas por el mundo», «son y deben ser amplificadores de promoción humana, centros de caridad» que han de estar «en primera línea en la diplomacia de la misericordia». Y ha manifestado su deseo de que los medios de comunicación dieran «más espacio» a este país y a toda África. «He venido aquí animado por el deseo de dar voz a quien no la tiene», ha enfatizado.

En esta segunda jornada en la República Democrática del Congo, el Santo Padre ha celebrado también una Eucaristía ante más de un millón de personas (esta mañana, en el aeropuerto de Ndolo), y ha mantenido un encuentro con víctimas de la violencia en el este del país(esta tarde, también la nunciatura). Como es sabido, el programa del viaje proyectado para el pasado mes de julio, que se tuvo que aplazar, contemplaba una visita a Goma, la capital del Kivu Norte. Este desplazamiento ha tenido que suspenderse a causa del incremento de la violencia y la falta de seguridad.

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