Martes de la Octava Pascual: Anuncio de Resurrección

Decía Fray Luis de León que la virtud es la única que no cansa, porque proviene de Dios. Hoy seguimos prolongando el gozo de la Resurrección en este tercer día de la Octava Pascual, lo cual llena de alegría en el corazón de todos los hombres que viven en el mundo. La Iglesia sigue los pasos del Señor Resucitado a través de la fuerza de la Sagrada Escritura en los Hechos de los Apóstoles y en el Evangelio.

En esta jornada nos acerca al Apóstol y evangelista San Juan. Ya el Domingo de Pascua el hijo de Zebedeo, presentaba a María Magdalena que iba corriendo a ver a los Apóstoles y se encontró con Pedro y Juan a los que les comunicó que se habían llevado al Señor del Sepulcro y no sabía dónde lo habían puesto. Ellos habían ido a ver y al verlo todo bien enrollado comprendieron que se cumplió lo que habái dicho de que resucitaría de entre los muertos al tercer día.

En el Pasaje de hoy María Magdalena llora desconsolada porque no ve el Cuerpo de su Señor. Ante la pregunta de los Ángeles su respuesta es que se han llevado a su Maestro e ignora dónde. En ese momento el propio Resucitado se pone detrás de ella y le pregunta lo mismo. Cuando ella se vuelve para contestarle, ignora que se trata de Jesús y le toma por el hortelano, rogándole encarecidamente que le diga dónde está.

Entonces el Señor le llama por su nombre y María Magdalena se postra porque se le abren los ojos y le reconoce. Entoces el Resucitado le invita a ir a los discípulos para transmitirles que en breve subirá a Dios Padre. Un anuncio que le hace cumplirlo con prontitud por lo que se va al Cenáculo para decirles a los Once que Cristo Vive y que ella lo ha comprobado con sus ojos, siendo su fiel discípula. Hoy también conmemoramos al Papa San Leon IX