SANTORAL 30 MAYO

El rey español que luchó por la unidad de España desde la reconciliación

San Fernando III fue un rey de unidad y un caballero de Cristo. A pesar de ser rey, tenía claro quién era su Verdadero Señor

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La oración del Señor como legado antes de pasar por el Misterio Pascual son el Amor y la paz. Y para conseguir eso especialmente: la unidad que todo lo alcanza. Insistentemente, se pide que todos sean uno para lograr esa Vida en penitud. Hoy es la conmemoración del rey San Fernando III, uno de los adalides de la paz y la unificación del territorio español cuando había diversidad de reinos. 

Nacido en 1198, fue hijo de Don Alfonso IX de León, primo del también rey santo Luis de Francia. En un período de innumerables batallas y guerras contra los musulmanes, obtuvo grandes victorias, pero nunca usó la venganza como arma. Sus abundantes tierras, que conformaban el reino, jamás le alejaron de su verdadera aspiración: la búsqueda del Reino de Dios y su justicia, sabiendo que lo demás viene por añadidura, como bien señala el Evangelio. 

Precisamente por eso, siempre pedía que la Fe católica se dilatase por todos sus dominios, entre todos sus súbditos. Una petición que siempre ponía bajo la protección de la Virgen, a la que profesaba una dulce devoción. No en vano, entronizó su imagen por toda Andalucía para que el Sur de la península fuese, en verdad, “tierra de María”. Este caballero de Cristo, había tenido multitud de éxtasis y experiencias de Fe con Jesús, a quien llamaba "su verdadero Señor".

Si su vida fue tan sencilla, no lo fue menos el momento de su partida hacia el Cielo. Postrado en cenizas, recibió el Auxilio Espiritual de los Santos Sacramentos. Después, llamó a su esposa e hijos a los que pidió insistentemente perdón por sus imperfecciones. En medio de este clima, cantó el Te Deum, en acción de gracias a Dios por todos los beneficios recibidos, partiendo así al Cielo en el año 1252.

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