Santoral

San Miguel de los Santos, Patrono de la juventud trinitaria

Una de las cosas en las que más inste el Señor en el Evngelio es en la humildad. Ya dice: “Cuando des limosna a un necesitado que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, sino sólo tu Padre que ve en lo recóndito. Y tu Padre que ve en lo escondido te recompensará”. Hoy recordamos a un Santo de los que vivió siempre desde lo más oculto en su condición de cristiano consagrado, para ser premiado por el Señor: San Miguel de los Santos.

Nace en Vic, cerca de Barcelona el año 1591. Forma parte de un hogar muy espiritual, en una familia también muy numerosa. De hecho, son ocho hijos. Sintiendo la vocación, ingresa en los trinitarios calzados de Barcelona. Pasará por Zaragoza donde hará su noviciado ingresando plenamente en la Congregación. Su anhelo es alcanzar la máxima pobreza. Por ello se acerca hasta la rama de los descalzos con un nuevo itinerario en oteiza, Madrid y Alcalá de Henares.

Así descubre que el Señor le pide con toda seguridad este camino. Posteriormente va a Sevilla y la Solana, estudiando Filosofía en Baeza. Dada su capacidad de reflexionar desde el estudio es enviado a Salamanca a cursar la Teología. Una vez licenciado retorna a Baeza. Ordenado sacerdote será predicador, confesor y guía espiritual de muchas almas. Todos reparan en su bondad y su gran amor al Señor Sacramentado.

De hecho, se pasa largas horas de rodillas ante Cristo Eucaristía. También son frecuentes las expriencia profundas con multitud de éxtasis. Sus obras de apostolado son constantes. No lo son menos sus penitencias y austeridades que le llevan a una mortificación muy profunda. Escribe el Tratado místico sobre La tranquilidad del alma. San Miguel de los Santos muere muy joven en el año 1625. Es Patrón de la juventud trinitaria.


dd/mm