Santoral

San Olegario, humilde hijo de la Santa Madre Iglesia

Cada uno de los Santos ha mostrado siempre su unidad a toda la Iglesia en la persona del Pontífice que había en ese momento. Hoy celebramos a San Olegario, que siempre mostró esa adhesión al Sucesor de San Pedro. Nace el año 1060, época en la que se habían condenado los errores de Berengario sobre la Eucaristía. Este teólogo francés rechazaba que la Presencia de Cristo en la Eucaristía fuese Real.

Olegario, canónigo en la Catedral de Barcelona, el Obispo Don Ramón Beltrán le ordena sacerdote. Sin embargo, siente la llamada de Dios en la vida monástica y, sucesivamente, ingresará en San Adrián, donde será prior, y San Rufo, del que será Abad. En 1115, fue nombrado Obispo, pero él lo rehuyó hasta que, por fin, tuvo que aceptarlo por obediencia. Su ministerio giró en torno a la atención espiritual de las almas con el gran don de la elocuencia que poseía.

A esto unió otros detalles como la reconstrucción de templos y la caridad con los pobres. A la muerte del Papa Pascual, se elige a Gelasio II y Olegario marcha a Roma a renovar la fidelidad ante el nuevo Vicario de Cristo. Así muestra su condición de hijo de la Santa Madre Iglesia, ante los errores que iban surgiendo Al volver a España, Tarragona ha sido recuperada de los musulmanes y la Providencia se fija en él para regir aquella Sede Episcopal.

A este servicio, el Pontífice le encomienda un nuevo cometido como es el de ser su Legado en toda España, para resolver las dificultades que se presentasen. Participó en varios Concilios donde se condenó al antipapa Anacleto y tuvo parte en la reconciliación de Don Alonso de Castilla y Don Ramiro de Aragón. San Olegario apoyó la reconstrucción de diversas iglesias al volver de Tierra Santa, muriendo el año 1136.

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