Santoral

Santa Eulalia de Barcelona, cristiana hasta el martirio

La fortaleza de Dios siempre se muestra en los momentos de dificultad de las personas. Hoy, VI Domingo del Tiempo Ordinario, recordamos a Santa Eulalia de Barcelona, fuerte en la adversidad. Su vida transcurre en torno a los siglos III y IV. Procedente de una familia honesta e imbuida del Amor de Dios, desde pequeña aprende las verdades fundamentales de la Fe, mostrando un fervor inmenso por Cristo.

Todo esto sucedía en su hogar, mientras arreciaba la persecución de los emperadores Maximiano y Diocleciano, siendo Decio el gobernador encargado de arremeter duramente contra los cristianos, usobre todo, en Hispania. Esta Santa iba a sufrir mucho por su seguidora de la buena Nueva. Casualmente, un día yendo de camino, Eulalia se sitúa frente al prefecto, quien la interroga acerca de su identidad.

Entonces descubre que es una seguidora de Jesús de Nazareth, al que Roma consideraba un hombre muerto en la Cruz, acusado de proclamarse Rey, y dando por hecho que ahí había terminado todo. Es entonces cuando proclama su Fe en el Señor Jesús Resucitado de entre los muertos, al tiempo que afirma ante la autoridad que los dioses romanos son hechura de manos humanas y, por lo tanto, falsos.

Tras escuchar estas palabras, Decio quiere persuadir a la joven para que renuncie a cuanto acaba de aseverar, pero no lo consigue. Tal como recalca San Pablo, en todo tipo de dificultades vencemos en Aquel que nos ha amado, porque nos derriban, pero no nos rematan. Y así se hará realidad en Eulalia -en torno al año 303, una década antes del Edicto de Milán- al morir decapitada tras padecer multitud de tormentos, asombrando a todos su entrega total a Dios.


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