El diputado de ERC, Gabriel Rufián, está sufriendo en sus propias carnes los ataques de los independentistas más radicales después del mensaje de condolencia que colgó en su cuenta de twitter con motivo de la muerte del histórico líder socialista Alfredo Pérez Rubalcaba.

Alfredo Pérez Rubalcaba. Uno de los políticos con más talento de una de las generaciones más talentosas de la historia de la política española.

Admirado por compañeros, amigos y adversarios.

Un abrazo para la familia.

Descanse en paz.

— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) 10 de mayo de 2019

Un mensaje correcto y educado que parece que no ha gustado a muchos de los independentistas más radicales, que han recriminado a Rufián que no haya sido más agresivo en su pronunciamiento.

De veritat Gabriel?
Ja et limites a dir el que t'ordenen?
Per 155 llenties?
De veritat ho penses?

— Xavier Martinez-Gil �� (@xaviermartinezg) 11 de mayo de 2019

¿De verdad, Gabriel? ¿Ya te limitas a decir lo que te ordenan? ¿Por 155 lentejas? ¿De verdad lo piensas?, responde este usuario al mensaje de Rufián.

Peor es el mensaje de Gallifantes, una de las más firmes defensoras de Puigdemont, que utiliza un término tan ofensivo como "españolazos".

Cuando le haces una crítica a @gabrielrufian te retuitea. Y entonces pasa que los españolazos te insultan.
Qué cosas eh? De "18 meses y nos vamos" a "Eh, españoles, insultad a estos indepes"
Es un hombre de fuertes convicciones. Sin duda

— Cris �� (@gallifantes) 12 de mayo de 2019

Otros mensajes muestran el nacionalismo etnicista de muchos independentistas.

Cuando pienso que gracias a ti y tu partido la Independència de Catalunya corre peligro, lloro. No es un decir, lloro de verdad, de rabia y pena. Estáis jugando con el futuro y la prosperidad de mi país, españolizándolo todo con tal ganar. Espero que la historia os juzgue.

— Hvannadals-hnúkur /@CatalanCouncil (@Nex72599860) 11 de mayo de 2019

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Una ola de insultos contra el diputado de ERC que demuestra la división que reina en el independentismo y cómo los sectores más radicales son cada vez más ruidosos.