16 DE ENERO
Reconstrucción pendiente
Diez años después del terremoto de Haití, no basta la ayuda de emergencia. Hay que quedarse tras el desastre y seguir trabajando
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Actualizado 21:35
Hace diez años un terremoto con fuerza 7,3 en la escala de Richter azotó Haití. Fallecieron 316.000 personas, se registraron alrededor de 400.000 heridos y se calcula que el número de damnificados alcanzó el millón y medio de personas. Estas cifras, como recuerda Manos Unidas, no consiguen reflejar el dolor y el profundo sufrimiento, como tampoco la inmediata y espontánea capacidad de resistencia del pueblo haitiano.
Han pasado diez años y Haití no ha conseguido resurgir de las cenizas. Existió ayuda humanitaria, se canalizaron donaciones y envíos de dinero y enseres necesarios, material para la reconstrucción, pero el país sigue viviendo azotado por la miseria, la violencia creciente y la inestabilidad política.
Manos Unidas llevaba treinta años en Haití cuando sucedió el terremoto. Conoce el país y ha tejido redes sólidas a favor del desarrollo. No basta la ayuda de emergencia. Hay que quedarse tras el desastre y seguir trabajando, como hace Manos Unidas, en materias tan urgentes como la seguridad alimentaria y la atención médica, y tan sensibles como la educación. Pero permanecer allí significa jugarse la vida en este momento.
Tan importante como la ayuda inmediata es la inversión a medio y largo plazo. El objetivo no es otro que conseguir que se altere el ciclo de la pobreza y para eso Haití necesita, además de ayudas internacionales, alcanzar la estabilidad política, atajar la corrupción y reducir la dependencia de la deuda externa. Mientras tanto no nos olvidemos de Haití, porque nuestra ayuda sigue siendo necesaria.
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