Luis David Adame abrió plaza con un toro de Concha y Sierra noble pero que embistió a su altura. Muy firme y solvente el mexicano, que saludó una ovación.

Con el cuarto de Ana Romero se vivió el momento de mayor peligro de la tarde cuando le arrolló de salida y a punto estuvo de empitonarle contra las tablas. Se sobrepuso el mexicano, que fue limando asperezas al toro y acabó sacándole varias tandas al final de faena de mucho mérito. La oreja recompensó el conjunto.

Cristian Pérez se las vio en primer lugar a un ejemplar de encastada pero floja condición de Ana Romero al que primero templó para sostenerlo y después apretó en varias tandas de buen trazo. Un pinchazo previo a la estocada dejó todo en una ovación.

Como quinto lidió a un enclasado ejemplar de Concha y Sierra con el que el albaceteño estuvo más irregular. Pero un final de faena vibrante y una estocada de buena ejecución elevaron la faena a la oreja paseada.

Víctor Hernández se la jugó de primeras con un ejemplar deslucido de Concha y Sierra al que toreó como si fuese bueno y después dejó los mejores naturales de la tarde ante el encastado de Ana Romero ejemplar que cerró el festejo.

El madrileño lo toreó al natural con profundidad, expresión y reunión en una faena maciza que concluyó de una estocada perpendicular y atravesada que necesitó de un golpe de descabello. La oreja fue premio cabal a tan buen toreo.