Con la llegada del mes de octubre, ha comenzado la recogida de hongos y setas, en La Rioja, con la esperanza de que las lluvias animen una temporada que viene complicada por las adversas condiciones climatológicas, sobre todo, por la sequía y las altas temperaturas.

La temporada arrancó, a finales de septiembre, con una explosión de ‘boletus’ por efecto de las tormentas, en los montes de Moncalvillo y la Sierra de Cebollera, pero todavía hace falta bastante más lluvia para poder hablar de una buena campaña. Nos lo ha confirmado Antonio Ezquerro, presidente del Grupo Micológico Verpa, que también nos ha contado cuales son las especies de setas y hongos más comunes y más apreciadas en el extenso territorio micológico de La Rioja.

Hay terrenos libres para la recogida de setas y terrenos acotados. En este último caso, se han creado 18 desde que se estableció la actual normativa en 2015. Cada ayuntamiento regula su aprovechamiento a través de una ordenanza específica y también gestionan la emisión de permisos.

También hemos hablado hoy con Iñaki, un “setero” que estaba en plena faena, y muy contento, en el Parque Natural de Sierra Cebollera. Nos ha contado que llevaba lloviendo toda la mañana y que, por esta circunstancia, había buscado lugares más elevados con la intención de encontrar hongos boletus.

Y no le ha ido nada mal. Poca gente en el monte, nos decía, a causa de la lluvia, lo que le ha permitido alcanzar el cupo máximo permitido en ese terreno acotado para cuando hemos contactado con él. Eran boletus edulis.

Después de haber recogido boletus edulis, Iñaki tiene la esperanza puesta ahora en la aparición, la explosión, de los boletus pinícolas, muy frecuentes y apreciados en Cebollera. La última palabra la tendrá, como siempre, la lluvia.

A finales de septiembre, la Dirección General de Medio Natural y Paisaje puso en marcha un operativo de vigilancia y control que recorre los principales enclaves seteros de los montes de utilidad pública de La Rioja. En uno de esos controles, se encontraba el agente forestal, Mario Vega, con el que hemos hablado en directo. Concretamente, Mario forma parte del control establecido en el valle del Iregua, vigilando términos municipales como los de Ortigosa de Cameros, Nestares o Nieva.

Como nos ha explicado, el principal objetivo de estos controles es interceptar a los recolectores masivos. Sin ir más lejos, el lunes por la tarde decomisaron 400 kilos de níscalos a un grupo organizado en el monte La Pineda, perteneciente al término municipal de Lumbreras. Son grupos formados, en su mayopr parte, por ciudadanos extranjeros.

Entre las normas básicas de recolección, está prohibido utilizar herramientas, como rastrillos, que remuevan o dañen el mantillo del suelo. Es muy perjudicial, según nos explicaba este agente forestal, pero estos grupos los emplean.

Los incumplimientos de la normativa pueden dar lugar a sanciones de entre 100 y 1.000 euros, además del decomiso de los productos forestales ilegalmente obtenidos.

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