George Sabé, religioso marista en Alepo, muy conmocionado tras el terremoto: "Vivimos algo apocalíptico"

El terremoto de 7,8 grados en la escala Richter al sur de Turquía ha dejado más de 5.000 muertos y más de 20.000 heridos: "A las 4 de la mañana tembló la tierra"

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George Sabé es hermano marista y vive en Alepo, en Siria, a solo 30 kilómetros del epicentro del terremoto de 7,8 grados en la escala Richter al sur de Turquía, que ha dejado más de 5.000 muertos y más de 20.000 heridos. Entidades y organismos de la Iglesia se han puesto rápidamente manos a la obra a trabajar para llevar ayuda tanto a Siria como a Turquía. La Custodia de los Franciscanos en Tierra Santa han lanzado una campaña para recaudar fondos para ayudar a los damnificados, en concreto a los cristianos sirios.

A su vez, la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada ha confirmado la muerte de un sacerdote, el Padre Imad en Siria, al derrumbarse la residencia del arzobispo emérito de los greco-católicos melquitas de Alepo. Ayuda a la Iglesia Necesitada continúa evaluando la situación para recavar toda la información posible sobre las necesidades inmediatas de la Iglesia local, a fin de poder dirigir la ayuda de emergencia en consecuencia. Desde la entidad piden ayuda y colaboración urgente.



Muy conmocionado todavía por el terremoto, el religioso ha compartido con Álvaro de Juana, en el programa de TRECE'ECCLESIA al Día', la última hora desde Alepo: “Seguimos desde ayer por la madrugada con esta situación dramática, con réplicas hasta hace media hora y la gente tiene mucho miedo. La realidad es que ayer vivimos algo inolvidable y casi apocalíptico. A las 4 de la mañana tembló la tierra, son pocos segundos, pero la realidad es que fue un momento terrible en el cual cayeron enteros edificios”.

“Actualmente, todos los equipos de rescate están trabajando para poder rescatar a cualquier persona que les llaman desde los escombros en la medida de lo posible. Ahora la gente ha salido de sus casas y están sufriendo muchísimo: las personas temen por sus vidas y su futuro. Durante muchos años hemos sufrido la guerra, luego han llegado las sanciones económicas horribles y ahora nos viene esta desgracia del terremoto. La gente está sin luz, no voy a decir sin esperanza, pero nos falta mucha”, ha admitido el hermano George, todavía muy emocionado.



La pasada noche, en la casa de los maristas, han acogido a miles de personas: “La situación es más dramática de lo que se puede ver en las imágenes. A las 4 de la mañana, cuando hubo el terremoto, no había luz. Nosotros tenemos solamente dos horas al día de electricidad y tampoco había calefacción obviamente. La gente salió corriendo de sus casas. Gracias a Dios, la Iglesia local, los franciscanos, los salesianos y los maristas, hemos abierto nuestras casas para poder acoger a toda la gente que venía a pasar la noche”.

El hermano George es de Alepo y en 2012 le pidió a su hermano provincial quedarse al servicio del pueblo sirio y de los cristianos: “Con algunos amigos seglares lanzamos una asociación, 'Los Maristas azules', y llevamos actualmente más de 16 proyectos que eran para ayudar y servir a la gente […] servíamos a 850 familias aquí en Alepo y hoy no sé cómo vamos a seguir apoyando y ayudando”.

¿Qué función cumple la Iglesia local en estos momentos de oscuridad? El Hermano George lo tiene claro: “Lo más importante en todo esto es aportar un poco de esperanza en medio de una oscuridad psicológica, humana y económica. Lo más importante es poder aportar un poco de luz, porque la gente está sufriendo mucho. El papel más importante de la Iglesia es servir, aportar este servicio del Evangelio que nos invita a salir hacia las fronteras. Es lo que nos pide el Santo Padre, salir hacia las fronteras donde está la gente y animarlas para tener un poco más de esperanza”.

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