El Papa Francisco ante el G7: "Ninguna máquina debería elegir jamás poner fin a la vida de un ser humano''

El Papa Francisco ha pronunciado su histórico discurso sobre los usos de la Inteligencia Artificial ante los líderes del G7 reunidos en Italia

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El Papa ha pronunciado su esperado discurso sobre Inteligencia Artificial en la cumbre del G7. Ha llevado el título: ''Un instrumento fascinante y tremendo''.

Así define la IA, como un ''instrumento'', cuyos beneficios o daños ''dependerán de su uso'', como cualquier otra herrameinta ''construida por el ser humano desde el principio de los tiempos''. Cita el Éxodo para justificar que los hombres han recibido el Espíritu Santo para que tengan “habilidad, talento y experiencia en la ejecución de toda clase de trabajos” (Ex 35,31),de ahí la fabricación de objetos, herramientas y el desarrollo de la ciencia y la tecnología.

Todo instrumento creado por el ser humano puede servir para el bien o el mal. Francisco pone como ejemplo las piedras de sílex afiladas por los primeros seres humanos. Las utilizaron ''para cortar pieles para vestirse'', pero también ''para elminarse entre sí''. No todas las creaciones del ser humano van dirigidas ''unívocamente al bien'' y al bien común. El mal uso de la ''liebrtad radical'' pervierte a la humanidad. Los insturmentos creados por el hombre tienen ''vocación al servicio delo humano''.

La máquina puede elegir, el ser humano decide

Sin embargo, la IA es un invención muy compleja, es una ''herramienta sui generis, pues puede ''adaptarse de forma autónoma a la tarea que se le asigne'', es decir, el ser humano no tiene el control como sí de una piedra de sílex afilada. ''La máquina puede elegir mediante algoritmos''. Y recuerda que el ser humano, aparte de elegir, ''decide''. “Condenaríamos a la humanidad a un futuro sin esperanza si quitáramos a las personas la capacidad de decidir por sí mismas y por sus vidas, condenándolas a depender de las elecciones de las máquinas. Está en juego la misma dignidad humana”, ha señalado Francisco.

Por eso, el Papa insta a prohibir el uso de las ''armas autónomas letales'', empezando por garantizar el control humano. ''Ninguna máquina debería elegir jamás poner fin a la vida de un ser humano''.

La IA surge, como toda herramienta creada por el hombre, como una cualidad dada por Dios y tiene grandes impactos en las relaciones sociales y actividad humana: ''de la medicina al mundo laboral, de la cultura al ámbito de la comunicación, de la educación a la política''.

La política debe garantizar el buen uso particular de la IA

Francisco asegura que la humanidad vive ahora dos momentos respecto a este tecnología: el entusiasmo que causan sus progresos y el ''miedo cuando constatamos los peligros inherentes a su uso''. Igualmente, asume que va a crear un sistema social nuevo. Aunque democratice el acceso al saber, pero también acentúe las divisiones entre países avanzados y del Tercer Mundo, entre las clases dominantes y las oprimidas.

En el control de la IA, Francisco asegura que no podemos olvidar que la IA ''no es otro ser humano y que no puede proponer principios generales''. Teme también que los algoritmos sean tan complejos que los propios programadores tengan muy difícil ''la comprensión exacta de cómo son capaces de alcanzar sus reusltados''.

Citando una de sus reflexiones más conocidas, ''La política es la forma más alta de la caridad'', Francisco alerta del ''paradigma tecnocrático'', y pide que la IA se utilice para evitar la expansión de esta realidad. Insta a los políticos a ''crear las condiciones para'' que el buen uso particular de la IA ''sea posible y fructífero''. Asegura que la política es imprescindible para lograr este objetivo. Es útil. El Papa ha recomendado a los líderes mundiales la novela futurista ''The Lord of the World'' (1907), del sacerdote Robert Hugh Benson, en la que describe un mundo uniformado por la falta de política.

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