Santoral

El Santo de hoy: Blanca de Castilla, madre de nuevos santos

La presencia de Dios entre los hombres encuentra su ubicación en cualquier sitio. Para eso es preciso tener un corazón sencillo y humilde. Hoy celebramos a una Santa procedente de la Corte: Doña Blanca de Castilla, quien hizo presente al Dios que viene, también entre los palacios y los tronos. Nacida en 1185, en Palencia, es hija de Alfonso IX, rey de Castilla y Eleonora de Inglaterra y está emparentada con la dinastía francesa.

En plena adolescencia, contrae matrimonio con Luis, hijo del que sería rey francés en el 1200, Felipe Augusto. Al morir el padre, Luis sube al trono, siendo coronado en la Catedral de Reims al mes siguiente. Un reinado que, sin embargo se agotaría en tres años, quedando sumida en la tristeza su esposa Doña Blanca, que recibiría la regencia y la tutela de su hijo, al que ayudó en el crecimiento en la Fe y en el Evangelio.

Durante su mandato mostró mucha dulzura, teniendo también bastante capacidad de decisión a la hora de abordar los asuntos cruciales. Logró eliminar todo tipo de conspiraciones y otros asuntos que podrían dañar los intereses del Reino. Uno de los principales problemas a los que tuvo que hacer frente fue la guerra contra los albigenses, herejía que azotaba el Sur de Francia, firmando un Tratado de Paz con Raimundo, conde de Tolosa, para buscar las paz.

En su faceta como madre, fue ejemplar la vida que dio a su hijo Luis, futuro rey francés y también Santo. En un deseo de conocer la Tierra de Cristo, peregrina a los Santos Lugares, algo que hizo pocos años antes de morir en el año 1252. Sus restos descansan en el Monasterio de Maubuisson, construido por ella misma, aunque parte de las reliquias de Santa Blanca de Castilla, se sitúan también en Roma, en la Iglesia de los franceses.


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