Santoral del 5 de abril: Domingo de Ramos una Entrada que preludia la Victoria definitiva

Toda buena obra tiene su precedente y preámbulo. Los signos que le preceden anticipan el noble gesto. Hoy es Domingo de Ramos, jornada con la que se abre la Semana Santa. Es como el signo de preparación inmediata de la Pascua. Después de cuarenta días de preparación hoy entramos en la celebración anual de los acontecimientos centrales de nuestra Fe, Misterios que comenzaron con la Solemne Entrada de Cristo en Jerusalén.

Tal y como nos recuerda el Evangelio, cuando se aproximaban a la Ciudad Santa, el Señor envió dos de sus discípulos por delante, para que le trajesen un pollino. Y les advirtió de que si alguien se lo reprochaba dijesen el motivo y que le devolvería pronto a su dueño. Cuando se lo trajeron echaron encima sus mantos los discípulos y las gentes alfombraban el camino, cogiendo también ramos. 

El santoral de este Domingo de Ramos, 5 de abril 

Así aclamaban al Hijo de David. “¡Bendito el que viene en el Nombre del Señor!”. “¡Hosanna en las Alturas!”. Levántate Sión. Mira a tu Rey que viene justo y victorioso cabalgando en un asno, en un pollino de borrica. Vendrá y nos salvará porque Él trae el desquite. Dos tradiciones cobran especial relevancia en este día.

De un lado, la Iglesia de Jerusalén por la que incluye al inicio, la Bendición de ramos y palmas, así como la proclamación del Evangelio de la Entrada Triunfal de Cristo en la Ciudad Santa. Seguidamente, se entra procesionalmente al Templo para celebrar la Santa Misa. La herencia de la Iglesia de Roma incluye el sentido de que su Entrada en Jerusalén es para padecer antes de resucitar por lo que se leerá el relato de la Pasión según San Mateo, cuyo Evangelio se lee en el Año A, ciclo Litúrgico en el que estamos.