Santoral

Nuestra Señora de la Merced, Consuelo de los afligidos

Dios se acerca a quienes sufren la esclavitud y a los que quiere liberar bajo la Dulce protección de su Madre, Reina de los afligidos

La presencia de las conmemoraciones marianas dentro del calendario cristiano, son continuas. Hoy, por ejemplo, recordamos a Nuestra Señora de la Merced; además en un día tan señalado en la devoción a la Virgen como es el sábado. Según relata una vieja tradición, la Virgen se apareció a la vez a Jaime I, el Conquistador; a San Raimundo de Peñafort y a San Pedro Nolasco. Los tres se encontraron días después en La Catedral de Barcelona donde pusieron de manifiesto la visión de la Reina del Cielo.

En esta manifestación, la Madre de los afligidos encomendó a los tres la misión de liberar a los cautivos que habían caído en poder de los herejes, en tierras africanas especialmente. Es el sentimiento de Dios hacia los que sufren la esclavitud y a los que quiere liberar bajo la Dulce protección de su Madre, Reina de los afligidos y los que sufren.

Esta petición cristaliza en el inicio de la Orden de los Mercedarios, quienes en un principio, su carisma, propiamente dicho es redimir a los esclavos, devolviéndoles la libertad y, por lo tanto, la dignidad de hijos de Dios. Esta Orden fue fundada por el propio Pedro Nolasco, mientras San Raimundo de Peñafort fue su confesor y estímulo espiritual para que fundase este carisma.

Precisamente se agrega a la causa porque también siente la llamada de La Virgen, San Ramón Nonato quien marcha a zonas de África donde había multitud de presos a los que libera pagando sumas de dinero como estaba previsto. También es el comienzo del culto a esta Advocación Mariana, que encuentra su expansión por toda la Iglesia, especialmente a partir del siglo XVII. María, refugio de los necesitados, es fiel reflejo de la misericordia de Dios, que, nos invita a liberarnos del pecado, raíz de todos los males.

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